Quien quisiera examinar a Nietzsche desde su importancia como teórico del pensamiento, desde eso que quizá la filosofía futura pudiera aprender de él, se apartaría desilusionado sin haber penetrado en el núcleo de su significado. Porque el valor de sus pensamientos no radica en su originalidad teórica, no en eso que puede fundamentarse o refutarse de forma dialéctica, sino absolutamente en la violencia íntima con la que, en sus obras, una personalidad habla en cuanto personalidad; en eso que, según su propia expresión, bien podría refutarse, pero que será «imposible de matar».
Friedrich Nietzsche en sus obras, Lou Andreas-Salomé
[minúscula, 2005]
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Quien quisiera examinar el sentimiento desde su importancia como teorìa del cuerpo, desde eso que quizá la anatomìa futura pudiera aprender de él, se apartaría desilusionada sin haber penetrado en el núcleo de su significado. Porque el valor de su cuerpo no radica en su originalidad teórica, no en eso que puede fundamentarse o refutarse de forma dialéctica, sino absolutamente en la violencia íntima con la que, en sus obras, un sentimiento habla en cuanto sentimiento; en eso que, según su propia expresión, bien podría refutarse, pero que será «imposible de matar».
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